Y arrancamos con un nuevo espacio cuya propuesta es divertirnos de las calamidades diarias que acontecen diariamente en las empresas, en esa extraña relación jefe-empleado. Sí, de esas cosas que diariamente ocurren y que, luego, en la intimidad, son motivo de risa, coraje, impotencia, alegría y extrañeza en las charlas con nuestros seres queridos.
Sería muy fácil escribir esas anécdotas y reflexiones a manera de crítica. ¿Mi reto? Hacerlas amenas, pero sin ofender. Independientemente de títulos, todos quienes laboramos en una organización somos personas. Y son precisamente nuestros atributos (positivos y negativos) los que hacen que la vida corporativa sea tan diversa.
Abro este espacio porque, estoy convencido, el mundo corporativo (o empresarial o laboral o como quieran llamarlo) es un ecosistema mistificado por muchos y vilipendiado por muchos más. Y en mi muy personal reflexión, dicho mundo (o al menos la parte que vemos) no es más que el reflejo de nosotros mismos.
Ojalá que algo encontremos de valor en este nuevo espacio de reflexión.
